Hay personas que merecen siempre nuestro respeto, bien sea por su carisma, por sus méritos, o por cualesquiera otras razones que a nosotros se nos antojen, al fin y al cabo hemos sido nosotros los que elegimos respetarlos.
Por otra parte las hay que nos defraudan, porque nos fallan…
Ahí el error, ¿fallan ellas o fallamos nosotros al valorarlas? Yo soy de los que se decanta por la segunda opción.
Por último estan las de la poca vergüenza.
Estas son las que, a pesar de merecer nuestro respeto, no lo tienen. Simplemente porque no hacen uso de los valores que lo demás vemos en ellas, y además tienen la poca vergüenza de hacernos creer que somos nosotros los que fallamos. Un rotundo NO para éstas.
La palabra ‘amistad’ vale mucho más de lo que cuesta decirla. Y para tener la de alguien que te valora no basta con pronunciarla. Hay que sentirla y demostrarla.